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Según estudio internacional en el que participó el Instituto MASIRA, con el liderazgo del rector General de la Universidad de Santander (UDES), Patricio López Jaramillo, las mujeres y hombres comparten la mayoría de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).
El estudio, publicado en The Lancet (ver aquí), es el primero realizado a nivel mundial que compara la incidencia de infarto de miocardio, derrame cerebral y muerte cardiovascular entre hombres y mujeres incluyendo participantes de países de altos, medianos y bajos ingresos. En el estudio internacional que siguió a 155.724 participantes, participaron 7.500 colombianos y colombianas de edades de 39 y 40 años de 11 departamentos del país, a quienes se les realizó seguimiento desde enero de 2005 hasta septiembre de 2021.
El estudio evaluó los factores de riesgo cardiovascular, incluidos los metabólicos, conductuales y psicosociales. Como resultado, se encontró que la dieta (riesgo conductual) se asoció más fuertemente con el riesgo de ECV en mujeres que en hombres. Según los investigadores este factor no se ha descrito anteriormente y requiere una confirmación independiente. Otro de los hallazgos fueron los altos niveles de colesterol malo (LDL) y los síntomas de depresión asociados más fuertemente con el riesgo de ECV en los hombres que en las mujeres. Estos hallazgos determinan que las conductas de manejo de las ECV tanto a nivel de salud pública como en el control clínico individual deben considerar estas diferencias.
“Lo importante de este estudio es la comparación del riesgo cardiovascular diferenciado entre hombres y mujeres y la descripción de cómo es el comportamiento de estas enfermedades que son las que ocasionan el mayor número de muertes en países de altos, medianos y bajos ingresos. Esto permite ampliar el panorama de lo que conocemos y nos da pautas de cómo actuar para prevenirlas”, señaló el investigador y rector general de la Universidad de Santander, Patricio López Jaramillo.
Los patrones de estos hallazgos fueron generalmente similares en países de ingresos altos, medianos y bajos. Sin embargo, en los factores diferenciados entre hombres y mujeres se halló que la incidencia de eventos de mortalidad en mujeres fue de 5 eventos por 1000 personas, mientras en los hombres fue de 8.2 por la misma cantidad de personas.
El financiamiento de este estudio a nivel nacional fue proporcionado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y a nivel internacional por el Population Health Research Institute, el Instituto de Investigación de Ciencias de la Salud de Hamilton, Institutos Canadienses de Investigación en Salud, la sucursal de Ontario de la Fundación Heart and Stroke y por el Ministerio de Salud y Cuidados a Largo Plazo de Ontario, Canadá.
La ingeniera Claudia Jazmín Galeano Barrera, profesora del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad de Santander (UDES) lideró una investigación para favorecer la industria del bocadillo veleño, una de las insignias del departamento.
Se trata del proyecto de innovación titulado ‘Identificación de oportunidades de desarrollo territorial agroindustrial mediante la protección de propiedad industrial: El caso de la Denominación de Origen Protegida del Bocadillo Veleño en Colombia’.
Este trabajo fue desarrollado mediante la convocatoria UNAB- Convoca en la línea de innovación, como parte de uno de los objetivos de la tesis doctoral de Galeano Barrera, la cual se denomina ‘Modelo Sistémico de Desarrollo Territorial Agroindustrial para la planeación sostenible del departamento de Santander” y el cual ha impactado positivamente en la dinámica territorial del sector de la guayaba y su agroindustria.
La investigación fue desarrollada exitosamente con la cooperación de entidades de orden internacional como la Universidad Autónoma de Chapingo (México) y el Instituto de Propiedad Intelectual de Suiza, con su proyecto Coliprí. Igualmente es de destacar el trabajo en equipo con instituciones nacionales como la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), el Observatorio de Ciencia y Tecnología (OCyT), el Centro de Gestión Agroempresarial del Oriente -SENA y una importante participación de la Federación de la cadena productiva del Bocadillo Veleño FEDEVELEÑOS.
De esta forma, se logró la identificación de los aspectos que han limitado el uso de la Denominación de Origen Protegida (DOP) del Bocadillo Veleño y la valoración de resultados a nivel social y económico.
Además, se logró una activa participación de los diferentes representantes de los eslabones de la cadena de valor: Representantes de asociaciones de guayaba y hoja de bijao, productores de bocadillos que usan la DOP del “Bocadillo Veleño”, directores de centros de investigación, centros educativos, alcaldes e institutos que han apoyado la obtención y gestión de la DOP.
El proyecto ha obtenido importantes resultados entre ellos la creación del primer ‘Seminario Internacional de Desarrollo Territorial: “Oportunidades de desarrollo local mediante el sello de Denominación de Origen Protegida (DOP) del Bocadillo Veleño”’. Este evento fue desarrollado en Vélez para realizar transferencia de resultados a todos los actores de la cadena de la guayaba e iniciar un ejercicio prospectivo.
Allí fue entregado a la investigadora un reconocimiento por parte de la Alcaldía de Vélez por su aporte al desarrollo territorial agroindustrial.
Otro importante logro fue la presentación de dos ponencias por Claudia Jazmín en el IX Congreso Internacional de Ciencias Agronómicas de la Universidad Autónoma de Chapingo en México.
Recientemente las investigadoras Claudia Jazmín Galeano Barrera y Yuly Andrea Fontecha Hernández, presentaron parte de los resultados del proyecto en el evento internacional llamado: “Perspectivas mundiales sobre las indicaciones geográficas” celebrado en Montpellier- Francia y organizado por el centro de cooperación internacional en investigación agronómica para el desarrollo CIRAD y por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO. Su trabajo esta publicado en la página https://gi2021.sciencesconf.org/browse/author?authorid=913450
El producto más reciente del proyecto fue el reconocimiento de una innovación organizacional gracias a su aporte a la implementación de un método para el diagnóstico del uso y gestión de las denominaciones de origen como aporte al desarrollo territorial agroindustrial. El método fue aplicado como una prueba piloto, analizando la denominación de origen del bocadillo veleño y el cual fue de gran insumo para la toma de decisiones para la gestión organizacional y fortalecimiento del sector.
La Candida es un hongo levaduriforme de amplia distribución mundial. Hace parte de la microbiota del ser humano y animales donde convive sin afectación, sin embargo, bajo condiciones debilitantes del sistema inmune, este microorganismo aprovecha para afectar de diferentes maneras distintas partes del cuerpo.
Durante muchos años los azoles como fluconazol fueron los antifúngicos de elección, sin embargo, la emergencia de cepas resistentes a estos medicamentos de uso convencional es una problemática global y de impacto en la salud pública relacionada con fallas terapéuticas y cursos clínicos severos.
La Universidad de Santander (UDES) en alianza con la Universidad de Brasilia (UnB) trabajan en la búsqueda de alternativas terapéuticas usando la nanobiotecnología como una herramienta para combatir la problemática de resistencia antifúngica.
Este intercambio internacional de investigación se realiza en el marco del proyecto titulado “Evaluación in vitro e in vivo de la actividad antifúngica de complejos metálicos con ligandos triazólicos como alternativa terapéutica en cándida resistente al fluconazol” liderado por la profesora Sandra Milena Leal Pinto de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la UDES, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación (MINCIENCIAS), a través de la Convocatoria 807-18, y el profesor Luis Alexandre Muelhmann del Laboratorio de nanobiotecnología del Instituto de Ciencias Biológicas de la UnB.
Durante la visita, los investigadores se concentraron en la formulación de nanoestructuras que facilitaran la movilidad y permeabilidad de moléculas sintéticas con potencial efecto anti-antifúngico para ser administradas en sistemas biológicos.
“Podemos generar productos que pueden ayudar a la sociedad a combatir estas enfermedades, que afectan a la población mundial”, comentó Muelhmann, quien además recordó la importancia de la alianza entre la UDES y la UnB iniciada 10 años atrás entre los docentes, pues en conjunto han logrado resultados relevantes como el desarrollo de alternativas terapéuticas para otras enfermedades tropicales como la Leishmaniosis.
Mauhelmann aplaude los esfuerzos que se realizan para combatir la candidiasis invasiva y destaca el entorno verde de la UDES y la infraestructura con que cuenta para generar avances científicos al beneficio de la sociedad.
Desde la UDES, las profesoras Sandra Leal, quien trabaja junto con la co-investigadora Martha Viviana Roa Cordero, destacan también la importancia de la interdisciplinariedad en la investigación para el logro de los objetivos y la generación de productos científicos de alto impacto.
El Instituto de Investigación Masira de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Santander (UDES) lideró un estudio que detalla cuáles son los factores de riesgo que generan enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en países suramericanos.
El análisis hace parte de un estudio internacional en el que participan aproximadamente 25 mil personas en Suramérica y cuyos resultados mas relevantes acaban de ser publicados en la más importante revista médica de cardiología, el ‘European Heart Journal’, en la que se examinaron los 12 principales factores de riesgo relacionados con enfermedades cardiovasculares. (Leer estudio aquí)
¿Qué encontró el estudio?
Patricio López Jaramillo, rector de la UDES y autor principal de la publicación, explicó que el estudio describe las especiales particularidades de las enfermedades crónicas no transmisibles en el continente suramericano, detallando los factores de riesgo que, en nuestras propias condiciones geográficas, socio-económicas y étnicas, contribuyen a la presencia de cáncer, infarto del corazón y derrames cerebrales.
Destaca por ejemplo que, a diferencia de otras regiones del mundo, en Sur América existen diferencias en las causas de muerte entre hombres y mujeres, siendo el cáncer la primera causa de muerte en las mujeres mientras en los hombres las cardiovasculares continúan siendo con mucho la principal causa de muerte. Las razones para este comportamiento están siendo determinadas dada la importancia para establecer las conductas preventivas mas adecuadas y, de ser necesario, diferenciadas por sexo.
Además, resalta cómo los factores socioeconómicos influyen en el proceso de salud y enfermedad, señalando que la mayoría de muertes ocurren en áreas rurales en comparación a las zonas urbanas. “Por ejemplo, antes no se había descrito que cocinar con combustibles sólidos como leña y carbón aumentan el riesgo de muerte cardiovascular”, comentó el investigador López Jaramillo.
También se determinó que entre las causas que más propician la aparición de las enfermedades cardiovasculares se encuentran la hipertensión arterial (18.7%), la obesidad abdominal (15.4%), el consumo de tabaco (13.5%), la pérdida de la fuerza muscular (5.6%) y la diabetes (5.3%). El experto aclaró que el factor “pérdida de fuerza muscular” se refiere especialmente a la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular que sufren las personas con el envejecimiento, especialmente las sedentarias y quienes no tienen un adecuado acceso a alimentación de buena calidad, la que incluye el necesario consumo de proteínas de origen animal .
A falta de educación, mayor mortalidad
La investigación determinó que en América del Sur la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares (31.1%), seguido del cáncer (30.6%) y las enfermedades respiratorias (8.6%), juntas representan más de dos tercios de las muertes en el continente.
El tabaquismo, la hipertensión y el envejecimiento son factores que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por cualquier causa. “Los fumadores, los adultos mayores y personas con menor estatus socioeconómico son quienes están en mayor riesgo de tener un evento cardiovascular y de morirse por cualquier causa”, afirmó López Jaramillo.
Precisamente, el líder del proyecto recalcó que la falta educación es un indicador de estatus socioeconómico que tiene relación con cualquiera de las mencionadas causas de mortalidad.
“Mientras más baja es la educación, tienes menos posibilidades de tener un buen trabajo, un buen salario y acceder a servicios como la salud. Los bajos ingresos por falta de un trabajo estable van a afectar el acceso de la gente a una alimentación de buena calidad”.
Buenos hábitos y atención oportuna salvan vidas
El rector López Jaramillo considera que la clave para combatir las enfermedades cardiovasculares es la prevención y advierte que debe darse desde el inicio mismo de la vida. “Una madre mal nutrida dará a luz a un chico con un peso bajo para la edad gestacional, niño que tiene menos células productoras de insulina, menos tejido cardíaco y renal y menos masa muscular, este niño que en el futuro esta expuesto a consumir comida de mala calidad rica en carbohidratos procesados y ultra procesados, va a desarrollar una composición física con mas tejido graso que muscular y va a tener mayor riesgo de desarrollar, obesidad, hipertensión y diabetes”.
Por este motivo es importante que desde pequeños se implementen hábitos saludables como realizar actividad física frecuentemente. “No se debe fumar en ningún momento de la vida. Si erradicamos totalmente el tabaquismo y damos una buena posibilidad de acceso a una dieta saludable, que incluya el consumo de proteínas animales como leche, huevos y carne, frutas y verduras, vamos a prevenir la obesidad, la hipertensión, la diabetes y otros factores de riesgo”.
Igualmente, una atención oportuna es fundamental para evitar la muerte. “Tenemos intervenciones farmacológicas para reducir la posibilidad de un evento cardiovascular una vez que hemos detectado tempranamente que la presión arterial está alta o que los lípidos están alterados. Es posible controlar los factores de riesgo, esto lo llamamos prevención cardiovascular primaria”. Esto es lo mejor y debería ser priorizado por los sistemas de salud en América Latina
Sin embargo, si ya se ha presentado un infarto o accidente cerebrovascular, actualmente y gracias a los adelantos científicos y tecnológicos, tenemos un alto porcentaje de pacientes que sobreviven al evento agudo, pero que necesitarán un manejo muy riguroso con medicamentos que le permitan mantener más años con calidad de vida. Esto es lo que denominamos prevención secundaria y en cuyo desarrollo Bucaramanga, la UDES y la FOSCAL han participado activamente en estudios que han permitido el desarrollo de estrategias terapéuticas novedosas como la poli píldora.
Para el caso del Bucaramanga y el área metropolitana, López Jaramillo destacó la infraestructura y la calidad del talento humano con que cuentan los centros médicos de la región para atender estas emergencias. “Hemos logrado disminuir la mortalidad por estos eventos. La expectativa de vida en Colombia está en casi 76 años para hombres, gracias a que hemos mejorado el control de los factores de riesgo. Antes no se controlaban y hoy tenemos acceso a tecnologías que nos permiten tener una recuperación luego de eventos cardiovasculares que antes eran mortales”.
Aporte de la academia
Ante este panorama, es urgente controlar los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. En este sentido, López Jaramillo expresó la importancia de implementar las recomendaciones que ha emitido la Organización Mundial de Salud al respecto.
El Rector General recordó que, desde la UDES, a través del Instituto Masira, se tienen en marcha tres proyectos que buscan desarrollar estrategias que permitan controlar la hipertensión, que es el principal factor de riesgo asociado a enfermedades cardiovasculares.
De hecho, gracias a este esfuerzo Bucaramanga ha sido reconocida como la ‘capital latinoamericana del control de la hipertensión’. “Estos proyectos se basan en los resultados de los últimos 20 años de investigación que hemos realizado en la ciudad, mostrando cómo la investigación de dos antihipertensivos más una estatina disminuye en un 33% la mortalidad cardiovascular”, expuso López Jaramillo.
El investigador añadió que “con la utilización de auxiliares de enfermería haciendo la toma de presión arterial en casa y la entrega de medicamentos gratuitos de libre acceso, logramos un control de la presión arterial en un 70% en los municipios donde intervenimos, mientras que en las localidades que siguen el sistema usual el control fue apenas del 35%, es decir la mitad” y al momento están en marcha dos programas de implementación denominados estudios CATCH que se realiza en Colombia y Jamaica y que recibe importante financiamiento de los Institutos Nacionales de Salud (INH) de los Estados Unidos y el estudio COTRACO financiado por el CYTED español y por los Ministerio de Ciencia y Tecnología de Colombia y Republica Dominicana.
López Jaramillo aseguró además que estos programas de apropiación social del nuevo conocimiento generado en Bucaramanga durante mas de 20 años de investigación sistemática soportada con financiamiento del Estado, hoy se fortalece gracias a un proyecto de la UDES que ha recibido soporte del Sistema Nacional de Regalías y con el cual “vamos a implementar las estrategias que se han mostrado útiles en todos los municipios urbanos y rurales del Departamento de Santander para mejorar el control de los factores de riesgo y disminuir la mortalidad y la perdida de años de vida útiles de nuestra población. Es así como la academia contribuye al progreso del país.
Junto con la Universidad Externado de Colombia, la Universidad de Santander (UDES) adelanta una investigación en la que se analizan las narrativas, prácticas y productos culturales derivados de la desaparición forzada en zonas antioqueñas.
El proyecto titulado ‘Memorias de ausencia desde las sentencias judiciales: Análisis de desaparición forzada en sitios funerarios rurales y urbanos de Antioquia’ es apoyado por el Fondo Nacional de Financiamiento para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Francisco José de Caldas, y el Centro Nacional de Memoria histórica.
Al respecto, la doctora Mónica Johanna Giedelmann Reyes, directora del Instituto de Investigaciones Atulaa, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UDES y coinvestigadora del proyecto, explicó que para desarrollar el trabajo se eligieron lugares especiales. “Los sitios fueron escogidos a partir de los estudios de las sentencias judiciales en los casos del bloque Cacique Nutibara y bloque Metro”.
Giedelmann, quien además es docente de Antropología y miembro del Grupo de Investigación en Humanidades Guane en la UDES, resaltó que el proyecto tiene una vocación pedagógica, pues busca interpretar lo estipulado en dichos documentos. “Son extensos y tienen un lenguaje técnico, poco entendible. Así que buscamos traducir esos contenidos a la sociedad en general y a la comunidad que ha sido afectada por el crimen de desaparición forzada en particular”.
La coinvestigadora aclaró que esta iniciativa se desarrolla con la Universidad Externado de Colombia, a la que pertenece la investigadora principal, la doctora Yolanda Sierra, experta en derecho constitucional y emancipación estética.
Uno de las fortalezas para avanzar en esta investigación es la experiencia del Grupo Guane de la UDES, gracias a su trayectoria en estudios de patrimonio y cultura material funeraria en cementerios. “Buscamos generar conocimiento bajo las bondades de la política de investigación-cocreación. Con el resultado esperamos contribuir a la generación de memoria histórica del país”, afirmó Giedelmann.
Contribución
La joven investigadora, Claudia Lorena Gómez, resalta que este proyecto metodológicamente es diferente, al trabajar con los conceptos de litigio estético y artístico. “Unido a ello, estamos viendo el análisis de dos sentencias que, a modo general, tienen un lenguaje complejo. Estamos haciendo una emancipación estética de la sentencia, al llevarlo a un lenguaje más sensible. Con este ejercicio estamos logrando llegar a la comunidad para darle memoria a las víctimas directas y voz a las víctimas indirectas, que han estado silenciadas”.
A su turno, Laura Fernanda Jaimes, integrante del equipo científico del proyecto adscrita a la Universidad Externado, afirmó que entre los alcances que han logrado se encuentra el inventario de unas 90 obras o productos culturales elaborados por víctimas, artistas y ciudadanos. “Hemos hecho análisis de tipo espacial y geográfico que han servido para nuestra interacción con la Unidad para Búsqueda de Desaparecidos. Este modelo de comunicación basado en la emancipación estética puede servir para otras justicias transicionales y como modelo pedagógico para su difusión y legitimación en la población”.
Desafíos
Jaimes también se refirió a los retos que han tenido durante la investigación. Uno de los desafíos fue la llegada de la pandemia de COVID-19. “Debido a la situación epidemiológica tuvimos cambios en el acceso y el aforo de los lugares, cambios en las formas de relacionarnos y el contacto con la comunidad”.
Además, también se registraron problemas logísticos porque varios de los lugares seleccionados para la investigación fueron cobijados por medidas cautelares tomadas por la Justicia Especial para la Paz. “Corroboramos la importancia de estos lugares para la desaparición forzada, pero también dificultó el acceso a la información en esos sitios”, añadió Jaimes.
Asimismo, situaciones de orden público como las afectaciones generadas por el pasado paro nacional y los paros armados se convirtieron en un obstáculo para llegar a las poblaciones rurales.
No obstante, se impulsaron nuevas estrategias orientadas en la comunicación a distancia, al elaborar una serie de material gráfico para interactuar más fácilmente con la comunidad.
“Contamos con un equipo transdisciplinar que incluye abogados, antropólogos, psicólogos e historiadores, que han sido muy importantes para el desarrollo óptimo del proyecto”, concluyó.
El Instituto de Investigación Masira de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Santander (UDES), participó en un proyecto internacional que detalla las afectaciones financieras que produjo la pandemia de Covid-19 en hogares alrededor del mundo.
Dicha investigación, titulada ‘Variaciones en el impacto financiero generado por la pandemia de Covid-19 en los cinco continentes: un análisis transversal a nivel individual’, se construyó gracias al trabajo interdisciplinario de investigadores de diferentes países.
Entre agosto del 2020 y septiembre del 2021 se realizó una encuesta a 24.506 participantes de países de ingresos altos, medianos y bajos, incluidos en el estudio Prospectivo Urbano Rural Epidemiológico (PURE).
Impacto de la pandemia en Colombia
Desde hace 15 años, la UDES es la institución que en Colombia dirige el estudio PURE en 11 departamentos y hace el seguimiento de los 7.500 ciudadanos incluidos en el estudio comunitario.
El líder nacional de esta iniciativa es el investigador y rector general de la UDES, Patricio López Jaramillo, quien participó en el análisis de los datos y la redacción del artículo publicado recientemente por la revista científica The Lancet. “En nuestra Universidad coordinamos la capacitación de los encuestadores y la correcta aplicación de las encuestas”, señaló.
Los resultados precisan que el 46% de los participantes colombianos tuvo una afectación económica, cifra que nos ubica en una posición media en comparación con los demás países. Mientras países pobres como Zimbabwe o Tanzania registran un impacto negativo en más del 90% de la población estudiada. En países como Canadá, Suecia y Polonia no alcanza el 20%.
Además, en este estudio las diferencias en el impacto financiero del Covid-19 se evaluaron según la educación y la riqueza antes de la pandemia. Aquellas personas con educación postsecundaria y aquellos que figuran en el nivel de mayor riqueza fueron quienes tuvieron la menor proporción afectada.
En general, los resultados reflejan que el impacto económico adverso de la Covid-19 en los países de ingresos más bajos como Colombia, también se extiende incluso a las comunidades tradicionalmente favorecidas (aquellas con mayor nivel educativo y/o más riqueza).
Por lo tanto, el investigador López Jaramillo aseguró que “podemos ver una disminución paradójica de la desigualdad en los países de bajos ingresos, ya que estos países ven a millones de personas dejar atrás su reciente prosperidad de clase media, lo que resulta en comunidades históricamente ricas que se vuelven más pobres en estos países”.
Efectos en el mundo
En general, el 32,4% de los participantes que participaron de este estudio en todo el mundo sufrieron un impacto financiero adverso. Se concluyó que el 8,4% de ellos perdieron el trabajo, ya sea de manera temporal o permanente.
El 14,6% de los participantes no podía cumplir con las obligaciones financieras o necesidades esenciales en el momento de la encuesta. Esto incluía aspectos como alquiler de su vivienda, los pagos de la hipoteca, los comestibles o las facturas de servicios públicos. El 16,3% estaba utilizando sus ahorros para cumplir con sus obligaciones financieras.
En el análisis se refleja que en los países de ingresos medios y bajos se triplica la proporción de afectados económicamente en comparación a lo observado en países de ingresos altos (47,1% frente a 14%, diferencia absoluta 33,1%).
De acuerdo con Patricio López Jaramillo, se refleja una fuerte correlación inversa entre el índice de Progreso Social y la proporción de participantes en un país que se vieron afectados financieramente. Es decir, cuanto menor es el desarrollo social del país, mayor es el impacto financiero de la pandemia.
El país con el mayor impacto financiero fue Zimbabwe, con el 95,7% de los participantes afectados financieramente. Por el contrario, Polonia tuvo el menor impacto financiero, ya que solo el 3,5% de los participantes sufrió un impacto financiero adverso por la pandemia de Covid-19.
“Demostramos, además, que existe una fuerte correlación inversa entre las tasas de vacunación y el impacto financiero. Lo que indica que una alta tasa nacional de vacunación contra el Covid-19 estuvo fuertemente asociada con un menor impacto financiero a nivel individual”, subrayó el investigador.
Inequidad y vacunación
López Jaramillo comentó que con estos hallazgos es probable que aumente la inequidad entre países, lo que dificultaría la gobernanza mundial, la salud, la paz internacional y la migración.
“La inequidad en las vacunas se correlaciona estrechamente con la inequidad en el impacto financiero, y los mismos países que se ven más afectados financieramente también tienen la proporción más pequeña de su población vacunada”, aseveró.
El Rector General de la UDES considera que una alta cobertura de vacunación es una ruta vital para la recuperación de una economía después de la Covid-19 y recalcó que “es probable que la brecha en la vacunación aumente la brecha económica entre los países de ingresos más altos y los de ingresos más bajos, lo que exagera la gran brecha que ya existe”.
En este sentido, López Jaramillo aseguró que los modelos sugieren que todos los países se beneficiarían económicamente si los países de ingresos medios y bajos tuvieran el mismo acceso a una vacuna contra el Covid-19.
“La disminución de la inequidad en las vacunas debería ser una máxima prioridad para los países de ingresos altos y las organizaciones de gobernanza mundial, a fin de mitigar el impacto socioeconómico de la Covid-19 en los países de ingresos medios y bajos”, indicó.
Por esta razón, el experto opina que se requerirá un paquete de medidas, que aborde la producción, la asignación, la disponibilidad, el despliegue y uso de vacunas, “pero especialmente un nivel de compromiso político que hasta ahora ha faltado”.
Así se desarrolló la investigación
Con las 24.506 encuestas que se realizaron, se recogió información de los participantes con respecto al impacto de la pandemia en sus finanzas personales y en sus fuentes de ingresos.
El cuestionario, aplicado por personal del estudio, incluyó datos demográficos, nivel de educación, ocupación, índice de riqueza con base en la propiedad y en las características de la vivienda. Este índice se validó previamente en países de ingresos bajos, medios y altos, y se documentó como una medida robusta de la riqueza, y fue consistente con las medidas de ingresos y gastos.
Los participantes se clasificaron en terciles específicos para cada país, según su percentil de riqueza, con categorías más altas que denotan mayor riqueza en relación con otros del mismo país en categorías de riqueza más bajas.
La información se recopiló a través de visitas en persona cuando fue posible y por teléfono en caso contrario. La mayoría de las visitas se completaron por teléfono (76,9%), y el resto se realizó de forma presencial.
En los sitios y países participantes, todos los encuestados de PURE fueron elegibles para este subestudio, con datos recopilados a nivel de participante individual.
Entre los datos recopilados, se precisó si los participantes habían sido diagnosticados con Covid-19 y cuál fue su impacto acumulativo de la pandemia en cuanto a sus finanzas personales y fuentes de ingresos.
Se consideró que los participantes que experimentaron “pérdida de trabajo”, “incapaz de cumplir con las obligaciones financieras”, “uso de ahorros” u otros efectos financieros adversos (como reducción de ingresos o trabajo) fueron “afectados financieramente”.
Dadas las amplias disparidades en las tasas de vacunación entre países, y la expectativa de que una alta cobertura de vacunación es crucial para la recuperación económica de las naciones, los expertos analizaron la relación de las tasas de vacunación a nivel de país con el impacto financiero de la pandemia.
Para esta labor, se usó el conjunto de datos públicos de vacunación global “Our World in Data Covid-19”, el cual rastrea la escala y la tasa de implementación de la vacuna en todo el mundo. Las tasas de vacunación son la proporción de la población total de un país que recibió al menos 1 dosis de una vacuna de Covid-19 (al 11 de octubre de 2021).
Dado que el PIB tiene numerosas deficiencias, los investigadores utilizaron el Índice de Progreso Social (SPI) de 2020 como una medida del progreso humano de un país. El SPI mide tres dimensiones de la sociedad: 1) necesidades humanas básicas (p. ej., alimentos, agua y vivienda), 2) las bases del bienestar (p. ej., educación y salud), y 3) la oportunidad de buscar oportunidades (p. ej., acceso al conocimiento, no discriminación).
Los fondos para este estudio fueron proporcionados por el Instituto Canadiense de Investigación en Salud y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo.
En ceremonia celebrada el pasado viernes 8 de octubre en el marco de la segunda versión del 'Premio Nacional de Diseño para la Transformación Social - Fray Angélico', la Universidad de Santander -UDES ocupó el primer lugar con uno de los dos proyectos de investigación presentados en dicho certamen, trabajos que vienen desarrollándose desde el Centro de Investigación en Mercadeo y Publicidad, CIMEP del programa de Mercadeo y Publicidad.
El proyecto ganador que lleva por nombre “Diseño participativo de experiencias transmedia para la restitución de la memoria colectiva desde la diversidad cultural”, ha trabajado con la comunidad de La Playa en Betulia, Santander, en la restitución de los saberes tradicionales de su territorio con la intención de dinamizar su identidad y resiliencia ante las problemáticas causadas por las megaobras desarrolladas en su entorno.
“Con este proyecto tratamos de reposicionar sus saberes y recuperar la memoria colectiva que fue afectada por los megaproyectos de la represa y de la ruta del cacao. Queremos que esos saberes sociados a la pesca, el cultivo y demás puedan ser enfocados en generar alternativas productivas que beneficien a la comunidad. Que todo tenga que ver con su cultura para que no sientan la necesidad de abandonar su territorio y sus tradiciones”, explicó Carlos Alberto Beltrán, director científico del proyecto.
Así mismo, los investigadores UDES Carlos Alberto Beltrán, Alexander Mantilla Guerrero y Gloria Amparo Orrego, junto a los profesionales Widman Valbuena, Andrea Montoya y Angélica Cubillos de Oka Consultores S.A.S. trabajaron con la comunidad bajo la metodología de co-creación, permitiendo a los participantes desarrollar alternativas de solución innovadoras a las problemáticas identificadas.
“En el desarrollo de los proyectos trabajamos en conjunto los investigadores y comunidad. No se trató de llevar soluciones, sino que la misma comunidad generó nuevas prácticas. Hubo un gran ejercicio de apropiacion del conocimiento por su parte”, señaló Beltrán.
Por otro lado, el proyecto “Diseño participativo de experiencias transmedia para la restitución de la memoria colectiva ferroviaria del barrio Café Madrid de la ciudad de Bucaramanga”, que también fue nominado entre los cinco primeros finalistas, se encuentra en la fase final de ejecución y hará su clausura con la exposición artística y cultural este 10 de diciembre en la antigua estación del tren del barrio Café Madrid.
En este caso, se hizo un trabajo de rescate de la memoria ferroviaria del barrio Café Madrid, con el fin de restituir la identidad colectiva latente en torno a la cultura ferroviaria, y a su vez impulsar esos saberes en industrias creativas y culturales, “como una ruta turística, productos y servicios en torno a lo ferroviario”, conluyó Beltrán.
Cabe resaltar que este proyecto fue el ganador de la convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en el programa ‘Ideas para el cambio’ del año 2019, y que a través de la metodología de investigación-creación viene desarrollando productos para la implementación de la experiencia transmedia del Barrio Ferroviario, tales como: un libro, una página web, podcast culturales y una aplicación móvil.
De esta manera, la Universidad de Santander afianza sus prácticas y su impacto social en Santander, a través de metodologías propias de investigación-creación que se impulsan desde la Institución.
La directora de la maestría en Primera Infancia: Educación y Desarrollo de la UDES y CINDE analizó los efectos que ha traído la pandemia en el aprendizaje de los niños y niñas en Colombia y sugiere posibles abordajes por parte de las instituciones educativas.
En la medida en que el Gobierno Nacional ha ido flexibilizando las medidas de “aislamiento preventivo obligatorio” y se ha avanzado en torno a los procesos de vacunación, los establecimientos educativos han podido iniciar de forma gradual y segura la implementación del retorno a clases presenciales bajo el esquema de alternancia, sujeto a lo establecido por el Ministerio de Salud y de los organismos competentes.
“Si bien a lo largo de la pandemia por la Covid-19 se han presentado diversos impactos frente a los procesos educativos en la primera infancia por el confinamiento y todas las medidas derivadas, se han realizado aportes significativos desde las instituciones, entre estos, el trabajo coordinado con las familias de los niños y niñas. Pero es claro que los estudiantes en los hogares más vulnerables han sufrido mayor dificultad, especialmente las familias que tienen menos recursos o accesos a dispositivos electrónicos o de conectividad, por lo que las desigualdades en el aprendizaje se profundizan”, manifestó Adriana Arroyo Ortega, investigadora y directora de la maestría en Primera Infancia: Educación y Desarrollo de la UDES y la Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano (CINDE).
Así mismo, Arroyo Ortega destacó que entre los efectos directos que sufren las familias en medio de la pandemia y que alteran de manera significativa el normal desarrollo de la vida de los niños y niñas, están relacionados con los lugares de vivienda, pues en muchos casos no son los adecuados para procesos como el confinamiento vivido, así como el deterioro en la salud mental, el aumento de la deserción escolar, la caída en la inversión educativa por parte de las familias y del mismo Estado en la calidad de la educación, la alimentación y nutrición de las familias, dada la recesión económica; además del aumento de los riesgos de abusos, explotación, reclutamiento y violencia.
En ese sentido es importante no sólo generar espacios de cuidado en términos de la bioseguridad de quienes están en estos espacios, sino también de cuidado y acompañamiento emocional por parte de las instituciones educativas. Pues hay sentimientos encontrados en las familias, algunas con esperanza por la reapertura y otras con temor. De ahí, la importancia de brindar acompañamiento para que las familias puedan entender lo que está pasando, asumir las pérdidas, las situaciones propias del encierro, así como el retorno a los procesos presenciales.
“En esto falta aún mucho por hacer en todos los órdenes, incluso el simbólico, de un país que ha tenido tantas muertes por la pandemia del Covid-19 pero que no parece tener el tiempo y el espacio para rendirles el homenaje colectivo. Pensar en el duelo más allá de los asuntos concretos de las familias afectadas, sino como un espacio para analizar la importancia de estas vidas y de lo que esto implica para sus familias. Esto es fundamental en términos de la reparación y acompañamiento emocional, así como una forma de tramitar o poner en un lugar visible los miedos, que forman parte de la vida de cualquier ser humano, incluyendo a los niños y niñas pequeños”, manifestó Arroyo Ortega.
Por lo tanto, son múltiples los procesos que desde las instituciones se pueden llevar a cabo para apoyar el desarrollo integral de los infantes, entre estos la participación infantil, el apoyo nutricional y garantía de derechos, especialmente una vida sin violencia.
También es preciso mencionar que durante el aislamiento preventivo obligatorio, las instituciones se apoyaron en las tecnologías para desarrollar sus planes de estudio. Al respecto Arroyo Ortega, manifestó que “hay algunas reticencias fundamentadas en investigaciones realizadas en otros países, sobre los usos de las plataformas digitales y TICs en los primeros años de vida, por los impactos en las redes neuronales. De manera que, durante la alternancia recomendaría a los maestros que utilicen materiales educativos que privilegien procesos de equidad de género, de inclusión y respeto a la pluralidad humana, encuentros libres de violencia, en los que niños y adultos dialoguen intergeneracionalmente y sean respetados y valorados por lo que son como seres humanos” .
Sin duda, la crianza es un escenario sumamente desafiante y de grandes aprendizajes para quienes son parte del mismo, tanto niños como adultos. Desde la maestría en Primera Infancia, Educación y Desarrollo que oferta la UDES y CINDE, se concibe que este es un proceso dinámico y situado, en el que cada familia de acuerdo a sus especificidades responde de manera distinta. Sin embargo, es fundamental que las prácticas de crianza tengan como elementos claves la equidad desde la primera infancia, la construcción de paz y el respeto al cuerpo de los niños.
De esta manera, los aspirantes a la maestría en Primera Infancia: Educación y Desarrollo, tienen el compromiso de promover el desarrollo humano integral de los niños, niñas y jóvenes en Colombia y otros países, a través de la investigación y desarrollo de soluciones innovadoras acordes a los desafíos más relevantes del contexto.
Por tanto, es preciso comprender el panorama que nos presenta la ‘nueva normalidad’, tal como lo destaca Arroyo Ortega: “lo más importante será que las instituciones y personas puedan entender las lecciones aprendidas que nos deja la pandemia. Pensar que se retorna a la normalidad anterior, sin reflexionar sobre lo vivido y lo aprendido creo que sería desperdiciar las experiencias generadas. Reconocer también los miedos que este nuevo escenario pueda generar y construir modos de encuentro mixtos que, sin desconocer las bondades de la presencialidad, también puedan seguir utilizando las TICs para la comunicación y el encuentro, por lo menos entre los adultos, sería parte de los desafíos más inmediatos, así como la recuperación de procesos económicos desde escenarios de mayor equidad”.
Emerson Buitrago, profesor del programa de Antropología de la Universidad de Santander (UDES), participó como autor del artículo ‘Neoliberal commensuration and new enclosures of the commons: mining and market–environmentalism governmentalities’, producto de la tesis de doctorado de Bibiana Duarte, investigadora principal del Centro de Investigación y Documentación para América Latina (CEDLA), de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos).
La investigación realizada por los investigadores del CEDLA y la UDES, busca analizar las tensiones hidroterritoriales entre la empresa minera, el Gobierno y las movilizaciones ciudadanas en defensa del agua y el páramo de Santurban.
Con esta iniciativa, los autores pretenden mostrar cómo los intereses mineros extranjeros, los reclamos de la ciudadanía por el agua y la delimitación del páramo por parte del Ministerio de Medio Ambiente convergen paradójicamente.
Este producto científico surgió de la alianza entre los investigadores: Bibiana Duarte-Abadía, autora principal, Rutgerd Boelens y Emerson A. Buitrago, autores del proyecto que fue publicado en la revista internacional Territory, Politics, Governance, clasificada en el cuartil Q1 por el alto impacto de sus publicaciones y número de citaciones.
“A partir de mi experticia en la zona y trabajos previos que yo he realizado, Bibiana me contactó para transmitir mi experiencia. Desde el 2012 he subido al páramo de Santurbán y sus zonas aledañas, acompañando a las comunidades campesinas que habitan este ecosistema. En todo este tiempo, he podido conocer de primera mano las dificultades y propuestas que tienen los parameros frente al conflicto socioambiental”, comentó Buitrago, quien es investigador del Grupo Guane adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales.
Por otra parte, la investigación busca demostrar cómo los derechos hidroterritoriales de los habitantes del páramo de Santurbán están sujetos a las fuerzas sociales que compiten por el control del territorio del páramo, bien sea para trasladar el agua desde las zonas rurales a la ciudad o establecer la gran minería.
“Es este sentido, la postura que poseen los habitantes, es lo que tratamos de reflejar también en el artículo, ya que suelen ser silenciada o menospreciada por causa de una colonialidad del saber que sólo legitima el conocimiento académico”, puntualizó el investigador Emerson.
También agregó que “los investigadores del CEDLA cuentan con una amplia experiencia analizando conflictos socioambientales en América Latina, su conocimiento y análisis de la situación actual del continente ha sido clave para la visibilización de conflictos y en la toma de decisiones tanto a nivel internacional como local en distintos países”.
Para los autores, la investigación busca analizar un fenómeno que no se ha tenido en cuenta dentro de las propuestas, posturas y diálogos con los entes gubernamentales de Bucaramanga, como lo son la preocupación de los habitantes del páramo por la pérdida de los territorios y el uso, acceso y control del agua.
De esta manera, con el proyecto se busca impactar en este territorio, que permita alternativas para la solución de conflictos socio-ambientales e hidroterritoriales alrededor del páramo, con el fin de beneficiar la calidad de vida de sus habitantes.
Vea aquí el artículo publicado en la revista internacional Territory, Politics, Governance, la cual hace parte de la Asociación de Estudios Regionales, una sociedad científica que reúne a académicos, estudiantes, profesionales y formuladores de políticas, que se encargan del análisis y estudio de las diferentes regiones del mundo en materia de política, economía, innovación, cambios sociales y medio ambientales.
Por Fredy Herrera Bueno
Director Comunicación Social y Periodismo
Con el fin de aportar al cuidado, protección y conservación del medio ambiente, la Tecnología de Supervisión en Obras Civiles de la Universidad de Santander, UDES, desarrolla proyectos relacionados con el cuidado del ecosistema y aporte al desarrollo social y calidad de vida de la población.
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