Pequeños investigadores impulsan el desarrollo rural en Santander a través de la ciencia y la sostenibilidad

En el marco del evento "Vocaciones Científicas para la Vida 2023", celebrado el pasado 31 de octubre en la Universidad de Santander (UDES), se presentaron 22 proyectos de investigación de estudiantes provenientes de colegios de municipios como Matanza, Charta, California, Tona, Piedecuesta, Girón, El Playón, Floridablanca y Bucaramanga. (Vea las fotos del evento aquí)

Esta actividad es el resultado del programa Ondas liderado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga y la UDES, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Sistema General de Regalías. La jornada destacó como un espacio para el fortalecimiento, divulgación y apropiación de la ciencia, tecnología e innovación en niñas, niños, jóvenes y profesores de instituciones públicas de las provincias Metropolitana y Soto Norte de Santander.

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Durante este día se dieron a conocer diversos proyectos de investigación con un objetivo en común: el desarrollo rural sostenible de la región. Entre ellos, se encuentra el proyecto llamado "Centro Experimental de Compostaje Pedagógico – CECOMPE", liderado por un grupo de niñas de tercero de primaria de la Escuela Normal Superior de Bucaramanga, el cual forma parte del semillero de investigación La Bombilla.

Esta iniciativa tiene como objetivo aprovechar los desechos orgánicos, como las hojas caídas en el bosque y los residuos de alimentos del Programa de Alimentación Escolar, generando un impacto positivo tanto en la comunidad escolar como en el medio ambiente. Samara Morales, una de las pequeñas científicas, comentó que el proyecto surgió a partir de una observación. "Nos dimos cuenta de que en el bosque había mucha mugre y la mayoría eran hojas, palos y ramas que caían de los árboles... Entonces, el verdadero problema es la falta de aprovechamiento de esos residuos que se pueden transformar", explicó.

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El proyecto se divide en cinco fases: inducción, capacitación, adecuación, implementación y divulgación, lo cual permite un enfoque integral en la gestión de residuos y la producción de abono y compost. Catalina Mantilla Cogoyo, una niña de ocho años que participa en el proyecto, mencionó que realizan observaciones detalladas y mantienen una bitácora de investigación para documentar su progreso. "Iniciamos recogiendo las hojas que caen de los árboles, las llevamos al CECOMPE. Allí las amontonamos, le echamos agua conaza para que los microorganismos puedan crecer y se puedan comer lasjas. Al poco tiempo ya queda nuestro abono que sirve para nuestra huerta ecológica", destacó.

Mariana Márquez Calderón, también de tercero de primaria, añadió que este abono "se caracteriza por tener una buena humedad, lo que significa que las plantas pueden crecer grandes, lindas y fuertes. Además, en las casas también es posible hacer esto".

El proyecto CECOMPE promueve habilidades interdisciplinarias y enriquecedoras experiencias de aprendizaje para los estudiantes. Las niñas han demostrado cómo la ciencia, la investigación y la colaboración pueden tener un impacto positivo en su entorno. El semillero La Bombilla cuenta con el acompañamiento de los profesores Pablo Elías Díaz y Julio César Salazar Estupiñán, quienes se enorgullecen de que sus estudiantes estén aprendiendo a seguir procesos de investigación estructurados.

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Entre los logros destacados, los maestros resaltan que este año celebran el décimo aniversario del semillero de investigación La Bombilla, el cual ha trabajado en conjunto con el programa Ondas y Generación Conciencia en diferentes ferias y eventos científicos. Además, han logrado la colaboración de empresas privadas que han donado para la creación de camas de compostaje, así como el respaldo de diferentes universidades de la región.

En cuanto a la importancia de acercar a los niños desde temprana edad a la ciencia, Pablo Elías Díaz asegura que "el proyecto se centra en fomentar la capacidad de asombro, la observación, el análisis y el pensamiento crítico en los estudiantes".

Asimismo, Julio César Salazar considera que esto no solo les permite apropiarse del conocimiento, sino también aprender a trabajar en equipo, compartir conocimientos y desarrollar habilidades interdisciplinarias. "Incluso se busca que los estudiantes se adentren en el mundo de la investigación con una base sólida en inglés y otras asignaturas que contribuyan a su desarrollo personal y profesional", señaló.

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El Centro Experimental de Compostaje Pedagógico se ha comprometido a despertar la pasión por la ciencia y el respeto por el medio ambiente desde temprana edad. La madre de familia, Diana Díaz García, aplaude el enfoque que tiene este proyecto de investigación y considera que como padres es importante sacar tiempo para motivar a sus hijos. "Realmente se evidencia el amor que ellos tienen por la investigación desde tan pequeños y se les van abriendo diferentes enfoques en el ámbito académico".

Por su parte, la madre Shirley Calderón Rondón aseguró que este proyecto representa un reto y una contribución para el desarrollo cognitivo y social de su hija. "Siento que le fortalece muchísimo sus habilidades, no solamente de conocimiento, sino también de interacción con las personas. No hay nada más lindo que como padres de familia acompañemos a nuestros hijos, no solamente dándoles lo material, sino también apoyándolos en sus procesos escolares. Ahí también se demuestra el amor".

El CECOMPE de la Escuela Normal Superior de Bucaramanga es uno de los diferentes trabajos que se presentaron el pasado 31 de octubre. Estos proyectos, apoyados por la UDES, están focalizados en tres áreas de la investigación: la agroindustria, la biodiversidad y la biotecnología, enmarcados en propuestas llenas de innovación, sostenibilidad y la resolución de problemáticas rurales.

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