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En Colombia, la minería ilegal genera graves impactos ambientales, entre los que se destacan la deforestación, la contaminación del agua y la degradación del suelo.
Robinson Andrés Mancilla, coordinador de la Especialización en Gestión Ambiental en la Industria Minera y Petrolera de la Universidad de Santander (UDES), explica que uno de los impactos negativos ligado a esta actividad ilícita es la tala de árboles que afecta directamente la biodiversidad de nuestro ecosistema.
Además, el uso de sustancias tóxicas como el mercurio y el cianuro en la extracción de minerales contamina los ríos y otras fuentes hídricas, poniendo en riesgo tanto la fauna como a las comunidades locales. “En muchas zonas, el agua deja de ser apta para el consumo humano debido a la presencia de metales pesados y otros contaminantes”, advierte Robinson Mancilla.
En Colombia las regiones más afectadas por esta problemática incluyen el Amazonas, Chocó, Antioquia y Bolívar. La lucha contra la minería ilegal enfrenta múltiples desafíos como la falta de control en zonas remotas y la corrupción en distintos niveles gubernamentales. A esto se suma la dependencia económica de muchas comunidades de esta actividad. “Erradicar la minería ilegal sin ofrecer alternativas económicas viables es un reto, ya que muchas familias la ven como su única fuente de ingreso”, explica Mancilla.
Para abordar esta problemática de manera efectiva, se requieren estrategias integrales como:
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Minería sostenible
A pesar de las malas prácticas de esta actividad, existen ejemplos de buenas formas en las que la minería legal puede contribuir a una extracción ambientalmente sostenible. Según Mancilla, “las empresas que implementan técnicas como la minería subterránea en lugar de la minería a cielo abierto logran minimizar la alteración del paisaje y la deforestación”.
Para lograr una minería sostenible en Colombia, es fundamental la implementación de políticas públicas que garanticen la protección de los ecosistemas. “Solo con un enfoque integral que combine regulación, educación y desarrollo sostenible, podremos avanzar hacia una minería más responsable en el país”, concluye Mancilla.
Por esta razón, es clave que las compañías que se dedican a la extracción minera adopten planes de responsabilidad social y ambiental, de la mano de expertos que entiendan estas necesidades. De esta forma, programas como la Especialización en Gestión Ambiental en la Industria Minera y Petrolera de la UDES juegan un papel fundamental en la capacitación de profesionales idóneos. “Nuestro programa permite a los especialistas diseñar y gestionar proyectos que cumplan con los estándares ambientales y normativos, promoviendo prácticas responsables en el sector”, señala el profesor Robinson Mancilla.
Para concluir, Robinson Mancilla considera que las explotaciones de estos recursos son de vital importancia para la sostenibilidad y productividad del país, lo ideal sería que esta actividad se pueda seguir realizando de la manera más adecuada para no contribuir con la deforestación o el daño ambiental. El país requiere seguir comercializando estos minerales, pero debe hacerse de manera segura.
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Por: María Camila Coronel
Universidad de Santander UDES. Vigilada Mineducación.
Resolución otorgada por el Ministerio de Educación Nacional: No. 6216 del 22 de diciembre de 2005 / Personería Jurídica 810 de 12/03/96.
Institución sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional. Resolución 12220 de 2016.
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