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Los estudiantes de primer semestre del programa de Ingeniería Agroindustrial de la Universidad de Santander – UDES realizaron la presentación final de sus proyectos de aula, desarrollados en el marco de la asignatura Introducción a la Ingeniería Agroindustrial.
Durante la jornada académica, los grupos expusieron prototipos de plantas agroindustriales diseñados con enfoque en innovación, aprovechamiento de materias primas regionales y mejora de procesos productivos. Cada proyecto integró conceptos fundamentales de la ingeniería, tales como diseño de procesos, flujo de operaciones, distribución en planta, control básico de calidad y sostenibilidad.
La actividad permitió a los estudiantes aplicar sus primeros conocimientos a escenarios reales del sector agroindustrial, fortaleciendo competencias como el trabajo colaborativo, la comunicación técnica y la capacidad de análisis. Asimismo, los prototipos evidenciaron la creatividad de los futuros ingenieros al proponer soluciones enfocadas en el aprovechamiento eficiente de recursos y la generación de valor agregado.
La profesora Yenis del Carmen, destacó que este tipo de ejercicios contribuye al desarrollo integral del ingeniero agroindustrial, al acercarlo desde los primeros semestres a la comprensión del rol de la profesión en el diseño y la optimización de plantas de transformación de alimentos y productos agrícolas.
Con este evento, la Facultad de Ingenierías y Tecnologías reafirma su compromiso con la formación de profesionales capaces de responder a los desafíos actuales del sector agroindustrial, a través de metodologías activas y experiencias que fomentan la innovación y el pensamiento crítico.
La Universidad de Santander (UDES) resaltó la participación de la profesora y directora del programa del Contaduría Pública, Gloria Almeida Parra, como árbitro internacional en el III Congreso Internacional de Investigación Educativa #EntrePares2025, realizado del 25 al 28 de noviembre de 2025, en modalidad virtual. El evento reunió a investigadores, profesores y especialistas de diversos países para la evaluación de proyectos, la presentación de ponencias internacionales y el desarrollo de talleres académicos.
Almeida cumplió con la revisión y evaluación de dos manuscritos en extenso, destinando 12 horas efectivas de trabajo académico, en el marco del comité de arbitraje internacional.
La profesora explicó que los trabajos evaluados provenían tanto de estudiantes de pregrado como de doctorado, pertenecientes a instituciones de diferentes países. Los proyectos abordaban temas como auditoría, inteligencia artificial aplicada a la educación, aplicación de IA en ciencias de la salud y competencias argumentativas en entornos mediados por IA, entre otros.
Almeida destacó que el proceso de arbitraje permitió un intercambio académico entre evaluadores de distintas nacionalidades —entre ellos especialistas de Cuba, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Canadá y otros países—, lo que aportó una visión comparada sobre metodologías de evaluación, criterios de análisis y procesos formativos asociados a la investigación educativa. Según indicó, esta interacción facilita la comprensión de cómo se evalúan los proyectos en diferentes sistemas académicos y cómo se ajustan los enfoques según los contextos institucionales.
La directora del programa de Contaduría Pública, señaló también que esta experiencia contribuye a que los estudiantes universitarios comprendan, desde etapas tempranas, los procesos de evaluación científica que enfrentarán en programas de posgrado. Indicó que familiarizarse con estos escenarios puede disminuir percepciones de dificultad y promover una aproximación más estructurada al desarrollo de investigación académica.
Con relación a la visibilidad institucional, Almeida explicó que la organización del evento difundió material digital donde se registra su afiliación a la Universidad de Santander. Esta referencia, señaló, fortalece la presencia académica de la UDES en redes internacionales de investigación educativa y permite que la institución sea reconocida en espacios dedicados al análisis y evaluación de producción científica.
La participación de Gloria Almeida como árbitro internacional, se suma a las acciones que fortalecen la proyección académica de la UDES y su vinculación con comunidades científicas dedicadas al estudio de la educación, la innovación pedagógica y la investigación interdisciplinaria.
Por: Edwin Solano
El Programa de Instrumentación Quirúrgica de la Universidad de Santander (UDES) celebró sus 35 años de trayectoria con una noche que unió recuerdos, emociones y el profundo orgullo de una comunidad académica que nació de un sueño y hoy es referente regional.
El encuentro tuvo lugar el 14 de noviembre en el Club del Comercio de Bucaramanga, en un ambiente que reunió a estudiantes, graduados, profesores, directivos y aliados del sector salud, incluyendo la empresa regional Líneas Hospitalarias, que se sumó a esta conmemoración.
La directora del programa, Mónica Vargas Rodríguez, abrió la velada con un mensaje que invitó a los asistentes a recordar que todo comienza en el pensamiento.
Revivió aquel instante en el que Fernando Vargas concibió la idea de crear un programa dedicado a la instrumentación quirúrgica, un momento que describió como una “singularidad”: un punto donde una idea terminaba para dar inicio a un universo entero de posibilidades.
Foto: Juliana Peña
Recordó que quienes fueron estudiantes en 1990 y quienes lo son hoy marchan por la misma espiral del tiempo: comparten los mismos sueños, los mismos temores ante lo desconocido y la misma capacidad de transformarse al atravesar la experiencia universitaria.
“Entramos siendo unos y salimos siendo otros”, expresó, aludiendo a la fuerza con la que la profesión modela la actitud y el carácter de quienes la eligen.
En su intervención, la directora también destacó: “Celebrar 35 años del Programa de Instrumentación Quirúrgica de la UDES es reconocer la historia viva de una comunidad que ha crecido con compromiso, sensibilidad y amor por el cuidado de la vida. Este aniversario permitió un reencuentro memorable, lleno de gratitud, afecto y orgullo, donde se honró el pasado y se celebró el camino que Instrumentación Quirúrgica ha construido”.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la condecoración a las fundadoras del programa, mujeres cuya experiencia y liderazgo marcaron el camino de las primeras generaciones de instrumentadores quirúrgicos en Santander. Fueron homenajeadas:
Su legado, sembrado hace más de tres décadas, sigue siendo la columna vertebral de un programa que hoy goza de reconocimiento nacional y que continúa transformando vidas.
Foto: Juliana Peña
Entre las homenajeadas, Esperanza Centeno recordó los inicios del programa cuando en Bucaramanga existían apenas unas cuantas instrumentadoras. Relató cómo fueron llamadas para asesorar la creación del plan de estudios, luego de que el ICFES cuestionara la ausencia de estas profesionales en el diseño inicial del programa.
“Éramos la base, aunque no nos hubieran llamado al principio”, dijo con una sonrisa. Ellas diseñaron mesas quirúrgicas, procesos, dinámicas… lo necesario para que un programa propio naciera con sentido y rigor. Su testimonio mostró que la historia de Instrumentación Quirúrgica UDES no se escribió desde un escritorio, sino desde los hospitales, desde la experiencia viva de quienes conocían el oficio por dentro.
El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, William Reyes Serpa, también compartió un mensaje cargado de memoria. Recordó que hizo parte del programa desde su nacimiento, como profesor y como integrante del grupo entrevistador de la primera cohorte.
Habló del crecimiento constante del programa, de su paso de tecnología a formación profesional, y de cómo la evolución de la cirugía —de la abierta a la laparoscópica, la microcirugía y los procedimientos mínimamente invasivos— exigió transformar contenidos, laboratorios y prácticas.
Foto: Juliana Peña
“Hemos mantenido intacto nuestro espíritu. La convicción de que el instrumentador quirúrgico no es solo un técnico: es un pilar del equipo, el guardián de la asepsia y el defensor del paciente cuando más vulnerable se encuentra”, dijo
Destacó que el prestigio actual del programa se ha forjado gracias a la calidad humana y profesional de sus graduados, al impulso de la investigación y a la consolidación de un equipo académico comprometido. Todo esto condujo a la acreditación de alta calidad, un reconocimiento que respalda ante la sociedad el rigor de su formación.
Pero también recordó algo esencial: que el instrumentador quirúrgico no es un asistente técnico, sino un pilar del equipo, la mano derecha del cirujano y el guardián de la seguridad del paciente. “Cada historia de recuperación lleva la huella del trabajo silencioso que ustedes realizan”, dijo.
La directora Mónica Vargas invitó a la comunidad a reconocerse, a agradecerse y a comprender que la grandeza del programa está en su gente: en los estudiantes que conquistan sus primeras prácticas, en quienes lideran centrales de esterilización, en las profesionales que hoy tienen empresas, en las que enseñan, investigan o crean nuevas oportunidades.
“A todos quienes asistieron, gracias. Gracias por su presencia, por el cariño manifestado y por hacer de esta celebración un momento inolvidable. Cada aplauso, cada abrazo y cada palabra de apoyo reafirma el sentido profundo de nuestra labor y el valor humano de esta profesión, que nació del sueño de unos pocos y hoy es el orgullo de muchos”, expresó.
Foto: Juliana Peña
Reconoció que la percepción de invisibilidad de la profesión no debe ser asumida como una sentencia, sino como un desafío que se resuelve desde la unión, la cooperación y los actos cotidianos que dignifican el oficio. “Somos uno”, expresó, recordando que en los quirófanos —y fuera de ellos— todos forman parte de un mismo propósito: cuidar la vida.
También celebró que, en medio de los desafíos que implica la innovación tecnológica en salud, el programa esté preparado para continuar creciendo, ahora respaldado por una acreditación renovada por ocho años más.
“Estos 35 años son un homenaje a nuestra historia y, al mismo tiempo, el impulso para seguir construyendo un futuro extraordinario para la Instrumentación Quirúrgica”, concluyó Mónica.
Más que una conmemoración, el evento se convirtió en un acto de gratitud colectiva: hacia las pioneras que dieron forma al programa, hacia quienes han enseñado durante décadas, hacia quienes hoy sostienen la calidad académica y hacia los cientos de instrumentadores quirúrgicos formados por la UDES que trabajan en Colombia y el mundo.
Foto: Juliana Peña
La noche cerró con la certeza de que esta comunidad no solo celebra su pasado, sino que se proyecta con fuerza hacia el futuro. Un futuro donde la profesión tendrá nuevos retos, nuevas tecnologías y nuevos universos que explorar, pero seguirá guiada por el mismo espíritu que la originó: el compromiso con la vida.
La Universidad de Santander, a través del programa MIUDES, desarrolló junto con el del Departamento Administrativo Nacional de Estadística una experiencia piloto sobre Datos Ciudadanos en el sector de Los Colorados, al norte de Bucaramanga.
La iniciativa fue seleccionada en el marco de una convocatoria del (DANE) y la Dirección de Regulación, Planeación, Estandarización y Normalización – DIRPEN.
En ese sentido, el proceso, realizado entre agosto y septiembre de 2025, tomo como escenario la Escuela Deportiva UDES Fútbol Comunitario.
Allí, la Universidad, en compañía de expertos del DANE, identificaron una problemática que pudiera ser abordada mediante esta metodología, promoviendo que los propios padres de familia gestionaran la información necesaria para impulsar un proceso de transformación dentro del proyecto

Para el desarrollo de la estrategia, la institución integró un equipo conformado por estudiantes y profesores del programa MIUDES, junto con profesionales y estudiantes de Bacteriología e Instrumentación Quirúrgica.
Durante la jornada se desarrollaron cuatro talleres que llevaron a los participantes desde la comprensión del concepto de Datos Ciudadanos hasta la formulación de acciones concretas, pasando por la construcción de instrumentos de recolección, el análisis colaborativo de la información y la identificación de caminos posibles para fortalecer la participación de las familias en la Escuela.
El trabajo con la comunidad inició con un espacio de reflexión alrededor del concepto de Datos Ciudadanos, apoyado en una experiencia desarrollada por una ONG con poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Ese punto de partida permitió discutir los principios éticos y los cuidados que deben acompañar cualquier proceso en el que la misma comunidad recolecte información.
A medida que las sesiones avanzaban, los padres se familiarizaron con diferentes herramientas de indagación —como cuestionarios, encuestas y entrevistas— y construyeron un instrumento para explorar las razones detrás de la baja participación de las familias en las actividades de la Escuela de Fútbol Comunitario.
Dos madres se encargaron de distribuir la versión física entre los niños para que la llevaran a sus hogares, mientras otra recibió acompañamiento para elaborar la versión digital en Google Forms.
Con la información ya recolectada, los participantes se organizaron para sintetizarla, diagramarla y presentarla en una plenaria. Ese ejercicio permitió identificar patrones, comparar variables y ordenar colectivamente los datos en un papelógrafo, lo que les dio una comprensión más clara de las causas y efectos de la problemática analizada.
El proceso culminó con la formulación de acciones concretas orientadas a fortalecer la participación familiar. Además, se eligió a un grupo de cinco padres que asumirán la representación y el proceso de legalización de la Escuela de Fútbol Comunitario, resultado directo de la apropiación que generó el trabajo con datos.
Aprendizajes y reflexiones finales

La experiencia permitió que las familias profundizaran en las causas y consecuencias de la baja participación, lo que derivó en propuestas de acción y en un proceso organizativo fortalecido.
“Me agradó y aprendí que hubo integridad y concentración de los papás que asistieron al taller, en el que manifestaron sus opiniones y respetaron la información dada por los profesores”, comentó Ana Delsy Márquez Safra, madre de familia participante.
Por su parte, Orlando Uribe, referente técnico del DANE, destacó que esta iniciativa se enmarca en la estrategia internacional Alianza Global para los Datos Sostenibles, cuyo propósito es promover la construcción de datos inclusivos para que las comunidades reconozcan sus necesidades y puedan comunicarlas efectivamente a las instituciones.

“Ahí es donde va a haber una verdadera inclusión, que significa lo que somos y cómo nos relacionamos con los demás”, señaló.
Finalmente, Sandra Patricia Ortiz Rodríguez, coordinadora del programa MIUDES, señaló que esta experiencia representó un aprendizaje significativo, pues permitió aplicar una metodología que involucra directamente a la comunidad en la recolección y análisis de datos.
Esto favoreció una comprensión más profunda de la problemática y facilitó la creación de estrategias desde la propia comunidad. “Ahora nos corresponde replicar esta valiosa metodología en nuestros proyectos en los diferentes campus ya que es aplicable a todos los contextos como una poderosa herramienta para realizar transformación social”, añadió

La participación en esta convocatoria de Datos Ciudadanos evidencia que la Universidad de Santander se encuentra a la vanguardia en implementar nuevas metodologías apoyando a entidades gubernamentales para fomentar proyectos que promuevan la participación ciudadana en la búsqueda de equidad y de bienestar social.
La oficina de Convenios y Prácticas Formativas realizó el martes 24 de noviembre una jornada de bienvenida para 38 estudiantes de Medicina Interna de diferentes universidades del país, quienes iniciarán su proceso de movilidad académica en la Universidad de Santander (UDES). El encuentro tuvo como propósito orientar a los jóvenes que realizarán su internado en las entidades con las cuales la universidad mantiene convenios activos.
Durante la jornada, los estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer al equipo de la Coordinación Nacional de Prácticas, las rutas de acompañamiento académico y administrativo, así como los escenarios hospitalarios y clínicos en los que llevarán a cabo su formación. La actividad también permitió resolver inquietudes y fortalecer el vínculo entre la UDES y las universidades participantes.
Andrea Camila Chinchilla
Sonia Solano, coordinadora nacional de Prácticas, destacó: “El objetivo principal es que los estudiantes conozcan la universidad, sepan con quién deben estar en contacto, se familiaricen con sus responsabilidades y cuenten con herramientas para iniciar con éxito su internado”.
En esta cohorte de movilidad participan estudiantes provenientes de la Universidad Libre, Universidad del Tolima, Universidad de Cartagena, Universidad de Pamplona, Universidad Rafael Núñez, Fundación Universitaria San Martín, Universidad del Sinú, Universidad del Sucre y los campus Cúcuta y Valledupar de la Universidad de Santander, entre otras.
Andrea Camila Chinchilla
La Coordinadora resaltó que estos convenios permiten un intercambio formativo que beneficia a todas las partes involucradas.
“Para nosotros significa la posibilidad de compartir con otras universidades, conocer sus experiencias y fortalecer la visibilidad institucional. Nos enorgullece saber que los estudiantes se van muy satisfechos con las oportunidades que encuentran aquí”, afirmó, destacando la evaluación positiva recibida por parte de ellos.
Andrea Camila Chinchilla
Los estudiantes también expresaron sus expectativas frente a esta experiencia académica. Yesly Bellanit Duarte Amorocho, estudiante de la Fundación Universitaria San Martín, compartió su motivación para elegir esta institución. “Elegí la UDES porque es una universidad acreditada en alta calidad, que ofrece un aprendizaje sólido para formarme como futura médica”, comentó.
Asimismo, señaló que espera fortalecer sus habilidades clínicas y humanas durante el internado. “Mi principal expectativa es aprender a dirigirme a los pacientes, desarrollar empatía y adquirir herramientas en cada área para ejercer con excelencia. También quiero representar a la UDES como una gran universidad en todos los escenarios”, añadió.
La universidad está comprometida con la formación integral, la cooperación interinstitucional y el fortalecimiento de la movilidad académica como un eje estratégico para el intercambio de experiencias y el crecimiento profesional de los futuros médicos del país.
Por: Andrea Camila Chinchilla
En el marco del proyecto externo financiado por Minniencias/ANH sobre Fuentes No Convencionales de Energía (FNCE) y Captura y Almacenamiento de CO₂ (CCUS), estudiantes del Semillero de Investigación en Ingeniería Petroquímica – SEIP de la Universidad de Santander (UDES) participaron en la segunda visita académica realizada en la Refinería de Barrancabermeja.
Durante el recorrido, los estudiantes conocieron de primera mano las etapas operativas de refinación, los sistemas de producción y las tecnologías que actualmente impulsa Ecopetrol en el marco de la transición energética. La actividad permitió acercar los contenidos trabajados en el aula con su aplicación en escenarios reales.
(Lea también: Estudiantes de Ingeniería Petroquímica fortalecen su formación con visita al Campo Casabe de Ecopetrol )
Para Aldair Ballesteros, la jornada resultó “gratificante”, pues permitió comprender con mayor claridad los procesos que habían estudiado.
“Conocimos más detalladamente cada uno de los procesos en un contexto real, y eso aporta de forma significativa a nuestra formación, porque vemos cómo se implementa lo aprendido”.
De manera similar, Jorge Luis Rodríguez Manjarrés destacó la importancia de vivir estos espacios prácticos, especialmente para quienes hacen parte del semillero que trabaja temas de captura y almacenamiento de CO₂.
“Nos sirvió para conectar la teoría de los procesos de refinería con lo que realmente ocurre en campo. Es ver cómo lo que estudiamos desde simulaciones y teoría se vuelve una operación real”.
Para estudiantes próximos a culminar su carrera, como Andrés Pacheco Larrea, esta experiencia también influye en la orientación de su futuro profesional.
“Me gustaría enfocarme en energías renovables, específicamente en biocombustibles. En estos espacios se amplía el conocimiento, incluso sobre información que normalmente no está disponible al público y que aquí se nos brinda de forma directa”, explicó.
El programa de Ingeniería Petroquímica y el equipo del proyecto financiado por Minciencias/ANH, está comprometida con una formación integral basada en la experiencia y la articulación con el sector productivo. Estas actividades fortalecen las competencias de los futuros ingenieros y contribuyen al desarrollo de capacidades alineadas con los retos actuales de la matriz energética y de la transición hacia nuevas fuentes de energía.
Por: Andrea Chinchilla
La jornada de geodivulgación, dirigida a la comunidad estudiantil de la Institución Educativa Rural Presidente, sede Burgua Alta, ubicada en el municipio de Chitagá (Norte de Santander), estuvo orientada a introducir conceptos básicos de geociencias y fortalecer los conocimientos previos de los niños y niñas sobre mineralogía, paleontología y principios sísmicos, entre otros temas asociados al entorno geológico de la región.
La iniciativa fue desarrollada por el semillero de investigación Serendipia y el Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano (OSNOC), con el acompañamiento de los profesores del programa de Geología de la Universidad de Santander (UDES), Yasmin Pelayo y Juan Carlos Ramírez, junto con los estudiantes del semillero Andrés Juan Pérez y Keizy Orozco.

Durante la jornada, los integrantes del semillero presentaron de manera didáctica conceptos esenciales como el proceso de fosilización, el ciclo de las rocas, el comportamiento de los sismos y las medidas básicas de prevención frente a eventos sísmicos. Las actividades se desarrollaron mediante ejercicios prácticos y demostraciones adaptadas a los diferentes niveles escolares, desde preescolar hasta quinto de primaria.
La intervención permitió además reforzar contenidos trabajados previamente en el aula y contextualizar la información a partir del entorno inmediato de los estudiantes. En esta zona, caracterizada por la presencia de afloramientos rocosos y explotación de carbón, los participantes pudieron relacionar los conceptos geológicos con elementos propios de su territorio.

El trabajo conjunto entre el semillero Serendipia, el OSNOC y la institución educativa permitió establecer un espacio de interacción entre la geología y la comunidad, destacando cómo los estudios geocientíficos aportan a la comprensión del territorio y a la toma de decisiones en temas como la elaboración de mapas de amenazas, estudios hidrogeológicos, caracterización de yacimientos y evaluación de riesgos.
La jornada contribuyó a acercar las geociencias a contextos escolares rurales, promoviendo el conocimiento sobre el comportamiento del entorno físico y la importancia de comprender los fenómenos naturales para el desarrollo comunitario.
Por: Edwin Solano
El amanecer llanero del 12 de noviembre iluminó los pasillos del Hospital Regional de la Orinoquia con un brillo distinto. No era un día cualquiera. Desde muy temprano, madres y padres llegaron cargando no solo a sus hijos, sino también sus sueños, sus miedos y esa esperanza silenciosa que nace cuando la vida ofrece una segunda oportunidad.
Nosotros, estudiantes de Fonoaudiología de la Universidad de Santander (UDES), llegamos con el corazón acelerado y las manos inquietas, conscientes de que estábamos a punto de vivir algo que trascendería cualquier libro, clase o examen.

La Fundación Dibujando Alegría nos había convocado a una misión que, más que una jornada quirúrgica, se convertiría en una lección de humanidad.
Las horas transcurrieron entre valoraciones, preguntas, historias y miradas que decían más que cualquier diagnóstico. Cada niño o adulto con labio o paladar hendido traía consigo un mundo: el silencio de quien aún no puede pronunciar lo que piensa, la dificultad para alimentarse o el anhelo de una familia que solo quiere verlo crecer sin barreras. Allí entendimos que la voz, la deglución y el lenguaje no son simples funciones; son ventanas a la dignidad y al encuentro con los otros.
Guiados por nuestra docente, Martha Cecilia Gómez Landazábal, y acompañados de un gran equipo de profesionales médicos, cirujanos, anestesiólogos, enfermeros, instrumentadores y odontólogos, descubrimos lo que significa trabajar verdaderamente en conjunto.
Sus saberes y los nuestros encajaban como piezas de un rompecabezas: lo que ellos reconstruían en el quirófano, nosotros lo acompañábamos en el despertar del lenguaje, en la seguridad al tragar y en la preparación para el regreso a casa.

Cada cirugía era un punto de partida, no un final. Después del bisturí llegaba nuestro turno: enseñar a las familias cómo proteger la herida, cómo reintroducir los alimentos y cómo estimular sonidos que tal vez nunca habían sido pronunciados. Algunos padres lloraban al escuchar, por primera vez, una vocal que llevaba meses atrapada. Algunas madres temblaban al ofrecer la primera cucharadita, temerosas pero valientes.
Y sí, estaban las cifras: decenas de consultas, terapias y orientaciones. Pero pronto comprendimos que los números no podían contener lo esencial: la sonrisa de un niño que descubre que puede alimentarse sin dolor; el abrazo interminable de una madre agradecida; la mirada emocionada de un padre que, por primera vez, siente que el camino será un poco más amable.
Los médicos y cirujanos también salían transformados. Uno de ellos comentó que, aunque la cirugía les mostraba el inicio, era en nuestro acompañamiento donde entendían el verdadero impacto de su trabajo.
“La reparación física es solo el primer paso —dijo—. Ustedes nos enseñaron que la verdadera recuperación se mide cuando el niño logra comunicarse, comer, jugar y vivir sin miedo”.
Entre los rostros que pasaron por nuestras manos hubo historias que se quedaron en el corazón. Una de ellas fue la de dos hermanos provenientes del Vaupés, pertenecientes a un grupo indígena que había viajado días para llegar hasta Yopal.
La menor, con labio fisurado, observaba todo con una mezcla de curiosidad y timidez. Su hermano mayor la acompañaba como un pequeño guardián, hablando por ella cuando el miedo la hacía callar. Verlos allí, tan lejos de su territorio y confiando en un hospital desconocido, fue un recordatorio poderoso de que la salud también es un puente entre culturas, un acto de encuentro y de respeto.
También conocimos a un bebé de apenas ocho meses, tan pequeño que parecía perderse entre las sábanas. Era increíble observar cómo, después de la cirugía, un simple gesto —como intentar succionar— se convertía en un acto de valentía. Su sonrisa todavía hinchada, todavía nueva, nos enseñó que a veces el cambio más grande cabe en el cuerpo más pequeño.

Pero no todos eran niños. También llegaron adultos con historias escritas en cicatrices. Recordamos especialmente a un hombre de 29 años que había pasado por más de diez cirugías desde que tenía solo seis meses.
Su voz era serena pero cargada de cansancio. Sin embargo, cuando recibió la noticia de que esta podría ser su última intervención, sus ojos se llenaron de un alivio indescriptible. Para él, cada cirugía era un capítulo más en la búsqueda de una vida sin estigmas, sin miradas incómodas y sin explicaciones constantes.
Y apareció también la historia de un joven que, a pocos meses de casarse, buscaba algo más que una corrección estética: quería recuperar la seguridad que un día perdió frente al espejo. Su emoción al imaginarse caminando hacia el altar sin temor, con la frente en alto, nos recordó que la fonoaudiología y la cirugía también pueden ser actos de amor propio, puertas hacia una autoestima renovada.

Al terminar la jornada estábamos exhaustos. Pero era un cansancio dulce, de esos que solo llegan cuando se ha entregado el alma. Caminamos hacia la salida sabiendo que ya no éramos los mismos. Habíamos visto la vulnerabilidad, la resistencia, la ternura, el dolor y la esperanza mezcladas en una semana que quedaría grabada para siempre.
“Dibujando Alegría” no fue solo una fundación. Fue una experiencia que nos mostró que la fonoaudiología es, ante todo, un acto de humanidad: un puente entre la ciencia y el corazón. Entendimos que acompañar a un niño a pronunciar su primera sílaba o a tomar su primer sorbo después de una cirugía es, en realidad, acompañarlo a recuperar su lugar en el mundo.
Aquella semana comprendimos que la alegría no se fabrica con herramientas ni se traza con precisión; nace del tiempo que damos, de la escucha genuina, de la empatía que ofrecemos y de ese impulso profundo de hacer del mundo un lugar más cálido y luminoso.
Escrito por: Edwin Alberto Carvajal Rodríguez y Oscar Javier Valencia Barrera
La Universidad de Santander (UDES) anuncia la apertura de Banco de Elegibles 2026, una iniciativa dirigida a profesionales de diversas disciplinas interesados en vincularse como profesores de la Institución.
La UDES invita a participar a profesionales con sólida formación académica, trayectoria comprobada en su campo y vocación por la enseñanza, que cuenten con competencias pedagógicas, didácticas y tecnológicas acordes con los retos actuales de la educación universitaria. Los seleccionados podrán ser considerados para futuras vacantes de profesores en las distintas sedes y programas, contribuyendo al desarrollo de una comunidad académica innovadora y comprometida con la formación integral.
El llamado está abierto desde el 24 de noviembre de 2025 hasta 31 de enero de 2026. Los interesados podrán postularse completando el formulario de inscripción https://forms.office.com/r/S9ZrvLETx6?origin=lprLink y enviando su hoja de vida al correo electrónico
Proceso de postulación:
Durante el XX Congreso Colombiano de Geología, que se llevó a cabo en la ciudad de Cali entre el 13 y el 15 de agosto, reunió a investigadores, profesionales, estudiantes y representantes de instituciones públicas y privadas vinculadas al estudio de las geociencias, convirtiéndose en un espacio de actualización científica y discusión técnica sobre investigaciones relevantes para el país.
En este escenario participó Maryury Viviana Madero López, estudiante de noveno semestre del programa de Geología de la Universidad de Santander (UDES) e integrante del semillero de investigación Serendipia, quien presentó la ponencia “Aplicación de herramientas SIG y teledetección para la identificación de posibles zonas de inhumación. Caso de estudio: vereda Monte Carmelo, Achí, Bolívar.”
La investigación presentada se originó en agosto de 2024 con la formulación de una metodología orientada a la identificación preliminar de zonas de inhumación en contextos asociados al conflicto armado. El trabajo integra Sistemas de Información Geográfica (SIG), análisis multiespectral y modelos de teledetección como herramientas de apoyo para la priorización de áreas de búsqueda. Esta propuesta fue socializada inicialmente en la jornada científica CienTioN 2024 de la Universidad Industrial de Santander, donde se destacó por vincular técnicas propias de la geología con problemáticas de interés humanitario.

Posteriormente, la metodología fue aplicada en un primer estudio de caso en La Escombrera (Medellín), cuyos resultados fueron presentados durante el Encuentro de Semilleros de Investigación UDES en abril de 2025. A partir de estos avances, el proyecto se amplió hacia un segundo escenario: la vereda Monte Carmelo en Achí, Bolívar, territorio acompañado por la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS). Este trabajo permitió evaluar el comportamiento de la metodología en un entorno rural con dinámicas sociales y geográficas distintas, ampliando su alcance y utilidad.
La presentación en el XX Congreso Colombiano de Geología permitió visibilizar la pertinencia de la geología aplicada a procesos de búsqueda, memoria y esclarecimiento, un campo en consolidación que articula las ciencias de la tierra con enfoques interdisciplinarios y acciones humanitarias. Asimismo, evidenció la relevancia del trabajo coordinado entre universidades y organizaciones sociales para generar información técnica que pueda apoyar procesos de investigación y acompañamiento a comunidades afectadas por el conflicto.
Además de esta ponencia, en el Congreso fueron presentados dos trabajos de grado desarrollados por egresados del programa de Geología de la UDES. El primero, de Juliana Avendaño, titulado “Potencial de generación de hidrógeno blanco en la Cordillera Oriental, VMM y Catatumbo a partir de formaciones sobremaduras con alto contenido de materia orgánica”, analiza escenarios geológicos con potencial energético emergente. El segundo, de Lía Margarita Molina y Laura Samacá, denominado “Evaluación preliminar de áreas favorables para el almacenamiento geológico de CO₂ en la cuenca Catatumbo”, aborda alternativas técnicas de mitigación asociadas a la transición energética.

La participación de estudiantes y graduados de la UDES en este evento nacional evidencia la presencia del programa de Geología en discusiones académicas relacionadas tanto con problemáticas sociales como con temas estratégicos para el país, como la gestión energética y la geología aplicada.
Por: Edwin Solano
Global
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Universidad de Santander UDES. Vigilada Mineducación.
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