Violencia contra la mujer, en relaciones de pareja, llega al 93 % en Santander

Frente a otras regiones del país, el departamento de Santander presenta una incidencia muy alta de violencia en contra de mujeres menores de 25 años; según datos revelados durante el XI Simposio de Actualización en Psiquiatría y Salud Mental y I Actualización en Psiquiatría, convenio UDES - ISNOR: atención primaria, psicopatología y maltrato; organizado por la Facultad de Ciencias de la Salud en el Auditorio Mayor de la Universidad de Santander - UDES, los días 14 y 15 de agosto.

La psicóloga, especialista en Género y directora de la Fundación para el Desarrollo Integral en Género y Familia (GENFAMI), Erika Giovanna Veloza Martínez, fue una de las invitadas al módulo de violencia de género -del simposio- y aplaudió el desarrollo del evento en un espacio académico, como una manera de extender las problemáticas sociales a las universidades para un mejor estudio y búsqueda de soluciones eficaces.

“Es muy importante que la Universidad se haya planteado la necesidad de continuar el proceso de formación para sus estudiantes y profesores en los temas de violencia basados en género, porque es en realidad, una problemática de salud pública de alto impacto que se presenta de manera generalizada y que infortunadamente está presente en todas las regiones del país. Es una necesidad para los médicos tener las capacidades, los conocimientos y las competencias para desarrollar las atenciones basadas en la normatividad, en una lógica de derecho y una lógica de género, que permita brindar atención adecuada a las víctimas que padecen algún tipo de agresión relacionada con el género”, señaló la experta.

Frente a las cifras reveladas explicó que “primero que todo sabemos que se conoce un poco menos del 10 % de todos los casos de violencia que se presentan; eso implica que un gran número de las personas que padecen los sucesos no acceden, no conocen o sencillamente no llegan a las diferentes instituciones que les puedan brindar algún tipo de ayuda. De esta manera, es necesario dar a conocer esta información, dado que la primera puerta de entrada para la atención a víctimas de violencia es el sector salud y desde allí se tienen que propiciar acciones para garantizar su protección, la de sus grupos familiares y también todo lo que tiene que ver con procesos de judicialización, para que los agresores no queden impunes y podamos generar ciertas acciones de no repetición”.

La experta en temas de violencia sexual por más de 10 años, reveló además que se conocen cifras que plantean que aproximadamente el 85 % de violencia sexual se presenta en niñas, niños y adolescentes. Además, la misma cifra aplica en el tema de violencia de género, siendo las mujeres las que registran el mayor número de agresiones.

“Tenemos una incidencia de casos muy altos de niñas entre los cinco y los nueve años, también de niñas entre los 10 y los 14 años; al igual que casos de niños entre los cinco y los nueve años. Asimismo tenemos una incidencia muy alta de violencia en mujeres menores de 25 años y tenemos una incidencia altísima de violencia contra las mujeres en el marco de relaciones de pareja”, comentó Veloza Martínez.

Gina Lilian Potes Aguirre, primera víctima con ácido en Colombia -hace 19 años, atacada el 28 octubre de 1997- igualmente invitada especial al simposio, cree que sin duda alguna, “hay componente de género muy importante, donde hay unas inequidades que se plantean en la ocurrencia misma de los actos. A partir de ahí es necesario que todos los profesionales del sector salud y de las otras entidades, tengan conocimiento sobre cómo abordar una problemática de estas, que se puede presentar además en cualquier familia, cualquier estrato o cualquier condición socioeconómica”.

La Directora de la organización Reconstruyendo Rostros, contó que fue atacada por un sujeto que al abrir la puerta de su casa le gritó “por bonita” y luego le arrojó ácido sulfúrico, provocando quemaduras en la cara, pecho y vientre.

“Esta es una problemática que requiere de conocimientos y prácticas adecuadas, como de un apropiado proceso de formación para ser atendida. Entonces, es indispensable que los médicos, las enfermeras, los psicólogos y los demás profesionales de la salud tengan conocimientos sobre la manera correcta de hacer el abordaje; porque es precisamente a partir de ese abordaje donde se pueden reducir los daños que la violencia tiene sobre la vida de las personas, sobre su estado físico, su estado emocional, salud mental en general, las relaciones de pareja, las relaciones que se establecen posteriormente y sus relaciones sociales”, anotó Gina.

Además concluyó: “en este sentido, es un excelente reto para la Institución poder plantearlo de esta manera; es indispensable que se empiecen a formular y generar mayores acciones, pero no solo desde la academia, sino desde otros escenarios para reconocer que esto es una problemática grave, que le puede ocurrir a cualquier persona”.

Considero que soy una mujer normal, con algo que me pasó, pero que le puede pasar a cualquiera: Gina Potes.

 

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