El arte de encarnar la fantasía, comunidad cosplayer de Bucaramanga se roba las miradas en el Digital Fest UDES

En el marco de la segunda edición del Digital Fest realizado en la Universidad de Santander, UDES, Marcela Ardila, una apasionada cosplayer describe cómo ha sido la evolución de esta fascinante cultura en la región.

Fue en el año 2015 cuando Marcela decidió dar el primer paso en este mundo, inspirada por su amor por interpretar aquellos personajes que cautivan su imaginación. Para aquella época, con cabello de un vibrante tono cereza, eligió encarnar a Katarina Minina, una heroína del popular juego League of Legends. Recuerda que con sus propias manos confeccionó cada detalle de su traje de peluche.

En aquellos días, la comunidad cosplayer en Bucaramanga era pequeña pero apasionada. Marcela rememora con cariño su primera vez vistiendo el traje de Katarina en un evento en el Centro Cultural del Oriente. "A mí me temblaban las piernitas, yo estaba que no hallaba dónde meterme", confiesa con una risa.

Sin embargo, los elogios y la aceptación de la comunidad pronto disiparon sus temores iniciales. "Los buenos comentarios te alientan, te calman los nervios, y ver que hay gente que le gusta y acepta lo que tú haces, pues te llena de coraje para seguir haciéndolo", explica.

A pesar de las dudas de su familia, quienes temían que fuera objeto de burlas, Marcela se mantuvo firme en su determinación de perseguir su pasión. "Uno viene a este mundo a ser feliz, no a complacer a los demás", afirma con convicción.

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A medida que pasaron los años, Marcela fue testigo del progreso abismal en la calidad de los trajes de cosplay en Santander. Emocionada, cuenta que artistas locales como Daniel Ríos y Green Doggo han logrado destacar a nivel internacional, tanto que recientemente fueron seleccionados para competir en el Summit de Japón, una de las competencias más importantes a nivel mundial en cosplay.

"Juro que me llena muchísima ilusión ver que gente que yo conozco ha logrado ir a Japón por la calidad de cosplay que se han sacado", relata con orgullo.

En la actualidad, Marcela se encuentra inmersa en uno de sus proyectos más ambiciosos hasta la fecha: una versión femenina del vampiro Astarion, un personaje del juego Baldurs Gate 3. Con dedicación y esmero, ha adaptado cada detalle del personaje masculino para darle vida a su propia interpretación única. "Todo esto es masculino, lo adapto a ser mío, me llevó desarrollarlo alrededor de un mesecito", explica mientras muestra con orgullo los detalles de su traje.

Si desea conocer de cerca el trabajo de Marcela, puede seguir sus redes en Twitch e Instagram como @VodkaSenpie

Digital Fest

Eventos como el Digital Fest, celebrado recientemente en la Universidad de Santander (UDES), brindan un espacio valorado por la comunidad cosplayer, pues les ha permitido reunirse y celebrar su pasión. Marcela destaca la importancia de estos encuentros para mostrar a aquellos que aún temen expresar sus gustos que no están solos.

"El Digital Fest incentiva a que cultura geek se una. "Pese a que somos muchas ramas diferentes, como otakus, gamers, kpopers y góticos, venimos del mismo tronco. Lo que nos hace diferentes nos une, y estamos aquí para apoyarnos en nuestros gustos extravagantes", subraya.

Para Marcela, el cosplay no es solo un hobby, sino una forma de vida y una expresión artística que le permite dar rienda suelta a su creatividad e imaginación. Más allá de los disfraces y las interpretaciones, es una comunidad acogedora que celebra la diversidad y la pasión por los personajes que inspiran.

A medida que la cultura cosplayer en Bucaramanga continúa creciendo y evolucionando, Marcela se mantiene firme en su compromiso de seguir explorando nuevos personajes y desafiando los límites de su creatividad. Su trayectoria refleja la resiliencia, la determinación y el amor por el arte que caracteriza a los cosplayers más apasionados.

En un mundo cada vez más digital, donde las fronteras entre la realidad y la fantasía se difuminan, Marcela Ardila y la comunidad cosplayer de Bucaramanga son una oda viviente a la ficción.