La enseñanza de lengua de señas es fundamental para la inclusión

Hacer efectivo el derecho a la educación exige garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan acceso a la educación, pero no a cualquier educación sino a una de calidad e igualdad de oportunidades, que les permita participar en la sociedad.

Al ser un pilar necesario para la interacción diaria y acceso a la información, la lengua de señas hace parte de los elementos indispensables que fortalece la identidad y participación social. Por su importancia en la educación y teniendo en cuenta el marco de las líneas trazadas en el Plan de Formación Profesoral 2017-20018, desde la Dirección de Desarrollo Académico de la Universidad de Santander se efectúan iniciativas de inclusión en el sistema educativo para la comunidad sorda. 

Durante el periodo intersemestral 42 funcionarios de la UDES participan activamente del “Curso Lengua de Señas Colombiana” impartido por Claudia Hernández, modelo lingüístico y profesora del Programa de Fonoaudiología de la Universidad de Santander, quien labora hace 18 años con la institución y es la encargada de promover en el equipo de administrativos, profesores y funcionarios del Centro de Conciliación de Derecho, metodologías de aprendizaje y comunicación, en beneficio de la comunidad con deficiencia auditiva.

“Para reducir esta brecha y garantizar mayor inclusión, a través del “Curso Lengua de Señas Colombiana – LSC” buscamos capacitar y sensibilizar a la comunidad académica de la UDES sobre la importancia de instaurar herramientas pedagógicas elementales de la lengua de señas, como una opción que posee todas las características lingüísticas como cualquier otra” expresa Eliécer Diez Becerra, coordinador de Formación Profesoral de la Universidad de Santander.

Javier Orlando Herrera Celis, coordinador del “Subprograma Estilos de Vida Saludable” de la Universidad de Santander participa en este curso y precisa que “ha sido una experiencia muy valiosa, enriquecedora a nivel personal y profesional, pues desde mi área y gracias a las capacidades de la profesora, hemos aprendido a entablar conversaciones con los no oyentes, aprendiendo un amplio vocabulario como normas de cortesía entre ellas: saludos, por favor, gracias, gustos, expresiones graciosas, entre otras. Por esta razón, considero pertinente que desde la academia se siga incorporando cursos como este, para romper esa barrera que excluye a la población no oyente”.

Con acciones como estas se evidencia el compromiso de la Universidad de Santander al fomentar estrategias que orientan el proceso de inclusión de la población no oyente, para contribuir a establecer condiciones de igualdad, equidad y respeto por el otro.

“La peor discapacidad es la de no darse cuenta que somos iguales” - Anónimo