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En la mañana de este miércoles 23 de febrero de 2022 se presentó un evento sísmico con epicentro en el municipio de Santa Rosa del Sur (Departamento de Bolívar) con una magnitud de 5.6, profundidad de 52 km y a una distancia de 154 km de la ciudad de Bucaramanga, el cual fue registrado por las estaciones de monitoreo del Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano (OSNOC).
Una evaluación de los niveles de aceleración registrados por el Observatorio Sismológico permite evidenciar que en las estaciones Vereda Carrizal (CARR), Vivero Nazareth (VNAZ), CAV-CDMB Floridablanca (CBUCF) y Parque Morrorico (MORR) se presentaron niveles de intensidad del movimiento percibida que se cataloga como Fuerte, correspondiente a valores mayores que el 1.0% de la aceleración de la gravedad (ver Figura 1), siendo la estación del Parque Morrorico la que registró el mayor nivel de movimiento con una aceleración de 1.5%g.
Figura 1. Niveles de aceleración (%g) registrados en el evento sísmico del 23 de febrero de 2022 en las estaciones del Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano.
Una intensidad del movimiento que se cataloga como Moderada fue registrada en las estaciones de la Universidad Industrial de Santander (CBUIS), la Corporación Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y Campo Hermoso (CHER), en la que se registraron niveles de aceleración entre 0.5%g y 1.0%g. En las estaciones Girón-Acapulco (CGIR2) y SGC-Piedecuesta (PDSC) se registraron niveles de aceleración entre 0.4%g y 0.5%g correspondientes a una intensidad catalogada como Ligera, dada por la atenuación en la energía de las ondas sísmicas.
A pesar de que en algunos puntos del Área Metropolitana de Bucaramanga, el sismo se percibió de forma fuerte y con una duración de fase intensa cercana a los 15 segundos, las aceleraciones registradas por las estaciones del OSNOC no tienen el nivel suficiente para causar daños en edificaciones. Para hacernos una idea, un objeto en caída libre tiene una aceleración de 1g y en porcentaje corresponde al 100% de la aceleración de la gravedad. Por ejemplo, en el sismo de Armenia del 25 de enero de 1999 con magnitud 6.1 y profundidad superficial, se registró una aceleración máxima horizontal de 0.57g que equivale al 57% de la aceleración de la gravedad, el cual es un movimiento tan fuerte que les impide a las personas mantenerse en pie y causó afectaciones en miles de edificaciones.
Un aspecto para resaltar de las señales sísmicas registradas en las estaciones Vereda Carrizal (CARR), Vivero Nazareth (VNAZ) y Parque Morrorico (MORR) es que se tienen los mayores valores de aceleración y en la evaluación de los periodos de vibración se tienen valores cercanos a los 0.3 y 0.5 segundos para este evento con epicentro en Santa Rosa del Sur (Figura 2). Estas variaciones en la amplitud del registro sísmico y los periodos de vibración demuestran que se tiene un indicador de condiciones de efectos de modificación en la propagación de las ondas, las cuales dependen de la fuente que origina el evento sísmico, el tipo de suelo y el relieve presente en la zona en la que se localizan estos puntos de monitoreo.
Figura 2. Señales sísmicas de aceleración y espectros de respuesta calculados para las estaciones Parque Morrorico, Vereda Carrizal y Vivero Nazareth
en las estaciones del Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano, correspondientes al evento sísmico del 23 de febrero de 2022.
No hay duda que la información registrada en este evento sísmico con epicentro en Santa Rosa del Sur es importante para los procesos de investigación de la Respuesta del Suelo y estudios de Microzonificación Sísmica, ya que las características del movimiento son diferentes a los observados para eventos que se originan en el denominado “Nido Sísmico de Bucaramanga”.
No olvidemos que a pesar de que los sismos no se pueden predecir, si es posible conocer los niveles de aceleración y la respuesta del suelo ante la ocurrencia de eventos sísmicos y de esta manera tener una planificación y un desarrollo acorde al comportamiento del suelo y los terrenos a nivel local.
En este sentido, el Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano (OSNOC) en un trabajo conjunto entre la Universidad de Santander (UDES), la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y el Servicio Geológico Colombiano (SGC), realiza el monitoreo sísmico local con una red conformada por 12 estaciones localizadas en el área metropolitana de Bucaramanga, brindando información oportuna a la comunidad sobre la intensidad con la que se perciben los movimientos sísmicos, investigando sobre la forma como responden los suelos en la superficie y aportando información importante para los procesos de microzonificación sísmica y planes de gestión integral del riesgo sísmico en la región.
Artículo escrito por Carlos Fernando Lozano Lozano, profesor de Ingeniería Ambiental UDES y director del Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano (OSNOC).
Por: Carlos Fernando Lozano Lozano, profesor de Ingeniería Ambiental UDES y director del Observatorio Sismológico del Nororiente Colombiano (OSNOC).
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